viernes, 25 de mayo de 2012

CAPÍTULO 12,2-27.


JUICIOS HISTÓRICOS
Los cananeos: teodicea.
12  2Por eso corriges poco a poco a los que caen,
les recuerdas su pecado y los reprendes,
para que se conviertan y crean en ti, Señor.
3A los antiguos pobladores de tu santa tierra
4los aborreciste por sus prácticas detestables,
ritos execrables y actos de magia,
5crueles sacrificios de criaturas
y banquetes canibalescos de vísceras y sangre humana;
a estos cofrades iniciados,
6progenitores asesinos de vidas indefensas,
decidiste eliminarlos por medio de nuestros padres,
7para que tu tierra predilecta
acogiera a la digna colonia de los hijos de Dios.
8pero aun a ésos, como hombres que eran,
los trataste con miramiento
y les enviaste, como avanzada de tu ejército, avispas,
para exterminarlos paulatinamente.
9Bien que podías haber entregado a los impíos
en manos de los justos, en batalla campal,
o haberlos aniquilado de una vez
por medio de fieras terribles, o con una palabra inexorable;
10pero, castigándolos paulatinamente, les diste ocasión de arrepentirse,
a sabiendas de que eran de mala cepa, de malicia congénita,
y que su manera de ser no cambiaría nunca.
11 Eran raza maldita desde su origen;
si les indultaste los delitos no fue porque tuvieras miedo a nadie.
12Porque ¿quién puede decirte «qué has hecho»?
¿Quién protestará contra tu fallo?
¿Quién te denunciará por el exterminio
de las naciones que tú has creado?
¿Quién se te presentará como vengador de delincuentes?
13Además, fuera de ti, no hay otro dios al cuidado de todos,
ante quien tengas que justificar tu sentencia;
14no hay rey ni soberano que pueda desafiarte por haberlos castigado.
15Eres justo, gobiernas el universo con justicia
y estimas incompatible con tu poder
condenar a quien no merece castigo.
16Porque tu fuerza es el principio de la justicia
y el ser dueño de todos te hace perdonarlos a todos.
17Ante el que no cree en la perfección de tu poder
despliegas tu fuerza,
y a los que la reconocen los dejas convictos de su atrevimiento;
18pero tú, dueño de tu fuerza, juzgas con moderación
y nos gobiernas con mucha indulgencia;
hacer uso de tu poder está a tu alcance cuando quieres.
19Actuando así, enseñaste a tu pueblo
que el hombre justo debe ser humano,
e infundiste a tus hijos la esperanza,
pues dejas arrepentirse a los que pecan.
20Pues si a los enemigos de tus hijos, reos de muerte,
los castigaste con tanto miramiento e indulgencia,
dándoles tiempo y ocasión de arrepentirse de sus culpas,
21 ¿con cuánto esmero no has juzgado a tus hijos,
a cuyos padres prometiste favores con juramentos y alianzas?

Juicio de burla

22A nosotros nos instruyes azotando mil veces a nuestros enemigos,
para que a la hora de juzgar pensemos en tu benevolencia
y cuando nos toque ser juzgados esperemos misericordia.
23A los necios que vivieron una vida depravada
los torturaste con sus propias abominaciones;
24 se extraviaron muy lejos por el camino del error,
teniendo por dioses a los animales más viles y repugnantes,
dejándose engañar como párvulos sin sentido;
25por eso, como a niños que no razonan,
los sometiste a un juicio de burla.
26Los que no escarmentaron con correctivos burlescos
tendrían que sufrir un juicio digno de Dios.
27 Al ser castigados por aquellos mismos a los que tenían por dioses
-y los habían hecho sufrir e irritarse-
abrieron los ojos y reconocieron como Dios verdadero
al que antes no habían querido conocer;
por eso les sobrevino el colmo de la condena.

12,2 El verso funciona como enlace. El caso de los cananeos es como una objeción preocupante al amor y la justicia de Dios. Pase que fueran castigados los egipcios opresores; pero ¿qué culpa tenían los cananeos para ser invadidos sin haber provocado?

12,3-22 Estos versos coleccionan gran número de palabras de la raíz "[ust-" (dik-) y de la raiz "juzg-" (krin-). A los que hay que añadir otros verbos del mismo campo.
Este capítulo hay que compararlo especialmente con 6,1-11, El discurso es paradójico, pues el autor dice que Dios no necesita justificación. Dios castiga porque el hombre lo merece (4-6). Dios perdona porque es dueño de todo (16), porque comprende al hombre (8a), porque es libre y no víctima de la pasión (18), para enseñar al hombre (19.22), para animarle y darle esperanza (21.22).

12,3-7 La concepción de una "tierra santa" recoge concepciones míticas acerca del recinto sagrado de los dioses. Es santa porque es propiedad de Dios: él puede darla y quitarla. Por ser santa o sagrada, los delitos pueden profanarla o execrarla.

12,5 Dt 12,31; 2 Re 3,27.

12,4-6 Véase Sal 106,34-39, de los israelitas imitando  a los cananeos. Los sacrificios de niños a los ídolos son la máxima injusticia y profanación: 2 Re 16,3; Is 57,5; Ez 16,20-21; Jr 7,31. Contra la magia, Dt 18,9-13 (delito cananeo). Véase también Lv 20,1-7.
De banquetes canibalescos sólo se habla aquí, nada dice de ellos la tradición bíblica. También es adición del autor atribuir iniciaciones y misterios a los antiguos cananeos. Obsérvese el juego retórico significativo de "padres, hijos, nuestros padres, hijos de Dios"

12,8 El "ejército" del Señor son los israelitas: Ex 7,4; 12,51; Jos 5,14.15. Las "avispas" o abejorros son interpretación tradicional de una palabra hebrea dudosa, (que muchos traducen hoy por "pánico"). El autor utiliza la interpretación tradicional para redondear su tratado sobre los animales vengadores: véanse Ex 23,28; Dt 7,20 Y Jos 24,12.

12,9 "Palabra inexorable": paralelo y equivalente del "soplo" de 11,20.

12,10-11 "De mala cepa", según Gn 9, 18-27. En 3,12 se dice algo semejante de los malvados en general. La perversión se transmite socialmente, como fuerza insuperable, de generación en generación. El juicio incluye al grupo, no a cada individuo.

12,12 Véanse Is 45,9; Eclo 36,11. El argumento de la tercera pregunta retórica, (cfr. Jr 18,6), se ha de entender en el contexto; de lo contrario, presentaría un Dios arbitrario y cruel. Véase Job 10,8.

12,14 Lo contrario de los reyes y soberanos humanos, según 6,1-11.

12,15 Véase el diálogo de Abrahán con Dios acerca de Sodoma (Gn 18).

12, 16a Compárese con 2,11. La frase es muy densa y admite varias lecturas: principio creador del orden de la justicia; principio de la instauración y ejecución de un orden histórico de justicia.

12,16b Véase 11,23. Perdonar no se opone al poder ni a la justicia.

12,17 Compárese con 5,17-20.

12,18 Dios es señor de todos los poderes humanos, su propio poder lo señorea él mismo. Véase Is 1,21.

12,19 Podemos hablar de un ideal "humanista". Véanse 1,6 Y 7,23. 20-21. Comentan el tema de la esperanza. Por la promesa con juramento Dios se compromete con un pueblo.

12,22 "Nos instruyes": compárese con 3,5 y 11,9. "Benevolencia": la sabiduría es "imagen de su bondad” según 7,26. “Misericordia”: veanse 3,9; 4,15; 6,6; 9,1; 11,9; es una constante en todas las secciones del libro.

12,23-27 Vuelve al tema de los egipcios y la zoolatría; es nuevo el tema de la infancia que no razona. Interesa mucho el enlace de la idolatría con la necedad.

a) Los "necios" de 23-24 coinciden con la figura de los impíos de 5,4-6; véanse también 1,3 Y 3,2; b) los niños están caracterizados como necios "que no razonan" (cfr. en griego 1,3.5; 2,1.21; 3,10). La correspondencia necedad-maldad-idolatría es clave para explicar los tres capítulos que siguen; los versos presentes se pueden considerar como su introducción o como pieza de enlace.
El verbo griego para "educar, corregir" tiene la misma raíz que niño (paideuein pais). El "colmo de la condena", que en 5,17-23 es teofanía cósmica, en 18,14-16 es matanza, en 19,4 es ahogarse en el mar Rojo.

12,23 Véase 5,4.

12,24 Véase 5,6.

12,25 Léase en contraste con 6,5.

12,27 Reconocerán a Dios en el castigo, sin verdadera conversión. 

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