viernes, 25 de mayo de 2012

CAPÍTULO 14.


14 1Otros, al hacerse a la mar,
dispuestos a atravesar las encrespadas olas,
invocan a un leño más frágil que la embarcación que los transporta.
2Ésta la proyectó el afán de lucro y la armó la pericia técnica;
3pero es tu providencia quien la pilota, Padre,
que trazaste un camino en el mismo mar
y una senda segura entre las olas,
4demostrando que puedes salvar de todo riesgo,
para que se embarquen aun los inexpertos.
5No quieres que se frustren las obras de tu sabiduría
por eso los hombres confían sus vidas a un madero insignificante,
y cruzando el oleaje en una balsa, llegan sanos y salvos.
6En efecto, cuando perecieron los soberbios gigantes de antaño,
la esperanza del mundo se refugió en una balsa,
que, pilotada por tu mano,
transmitió la semilla de la vida a los siglos.
7Bendito el leño que se emplea rectamente,
8pero el ídolo hecho a mano, maldito él y quien lo hizo;
éste por haberlo fabricado,
aquél porque, siendo corruptible, fue tenido por Dios.
9Porque Dios aborrece igualmente al impío y su impiedad;
10también la obra será castigada con su autor.
11También a los ídolos de los gentiles se les pedirá cuenta por esto:
porque, entre las criaturas de Dios, se han hecho abominables,
tropiezo para las almas de los hombres
y trampa para los pies de los necios.
Origen de la idolatría: la desgracia y el poder
12La infidelidad arranca de proyectar ídolos,
y su invención trajo la corrupción de la vida.
13Porque ni existían desde el principio
ni existirán eternamente;
14en efecto, entraron en el mundo por la vanidad de los hombres,
y por eso tienen marcado un fin repentino.
15Un padre, desconsolado por un luto prematuro,
hace una imagen del hijo malogrado,
y al que antes era un hombre muerto,
ahora lo venera como un dios
e instituye misterios e iniciaciones para sus subordinados;
161uego arraiga con el tiempo esta impía costumbre
y se observa como ley.
También por decreto de los soberanos se daba culto a las estatuas;
17como los hombres, viviendo lejos, no podían venerarlos en persona,
representaron a la persona remota
haciendo una imagen visible del rey venerado,
para así, mediante esta diligencia, adular presente al ausente.
18La ambición del artista,
atrayendo aun a los que no lo conocían, promovió este culto;
19en efecto, queriendo tal vez halagar al potentado,
lo favorecía, forzando hábilmente el parecido,
20y la gente, atraída por el encanto de la obra,
juzga ahora digno de adoración
al que poco antes veneraba como hombre.
21Este hecho resultó una trampa para el mundo:
que los hombres, bajo el yugo de la desgracia y del poder,
impusieron el nombre incomunicable a la piedra y al leño.

Consecuencias de la idolatría

22Luego no les bastó errar acerca del conocimiento de Dios,
sino que, metidos en la guerra cruel de la ignorancia,
saludan a esos males con el nombre de paz.
23En efecto, celebrando iniciaciones infanticidas,
o misterios secretos, o frenéticas orgías de extraño ritual,
24ya no conservan pura ni la vida ni el matrimonio,
sino que unos a otros se acechan para eliminarse
o se hacen sufrir con sus adulterios.
25Todo lo domina un caos de sangre y crimen, robo y fraude,
corrupción, deslealtad, anarquía, perjurio,
26desconcierto de los buenos, olvido de la gratitud,
impureza de las almas, perversiones sexuales,
desórdenes matrimoniales, estupro y desenfreno.
27Porque el culto a los innominables ídolos
es principio, causa y fin de todos los males;
28en efecto, o celebran fiestas frenéticas, o profetizan embustes,
o viven en la injusticia, o perjuran con facilidad;
29como confían en ídolos sin vida,
no temen que el jurar en falso les ocasione ningún daño.
30Será doble la condena que les caiga:
por pensar mal de Dios, pendientes de los ídolos,
y por jurar contra la verdad y la justicia, despreciando la santidad;
31porque no es el poder de aquellos por quienes se jura,
es la justicia que se venga de los pecadores
quien persigue siempre las transgresiones de los injustos.

14,1-11 Reflexión apoyada sobre dos casos del AT, el paso del mar Rojo y el arca por el diluvio. Es el papel de una sabiduría o técnica humana, que se aplica a construir la nave (v. 2). Y una sabiduría divina que permite flotar al leño sobre el agua, que dirige o pilota, y que milagrosamente, sin leño ni técnica, puede salvar a través de las aguas. Frente a esta doble sabiduría eficaz es inútil e insensata la súplica al ídolo: cfr. Jon 1.

14,1 Véase Sal 107,23-32. "Leño": como ídolo (v. 1), como nave (5d), como criatura genérica (7).

14,2 Véase Sal 107,27.

14,3 La providencia como piloto del navío de la vida o de la historia es imagen conocida de los escritores griegos. El título de "Padre" está ligado con la providencia universal de Dios. La alusión al paso del mar Rojo queda velada para un lector griego, es inevitable para oídos hebreos: véanse Sal 106,7.9; 77,20; Is 43,16, y en este libro, 10,18; 19,7.

14,5 Por última vez en el libro se nombra la sabiduría. En su funcionalidad y en su servicio al hombre muestran las criaturas la sabiduría divina; Eclo 39,16-35. Esa sabiduría parece acoger también el espíritu aventurero del hombre; en campo bíblico Sal 104,25-26; Eclo 43,24; Ez 27, y en campo griego el dicho "Es necesario navegar, vivir no es necesario".

14,6 Sobre el diluvio, véanse también 10, 4 y Eclo 44,17.

14,7 Este verso ha producido una serie curiosa de interpretaciones. El griego dikaiosyne responde al hebreo sedaqa, , que en su gama de significados incluye también el de salvación, victoria. Por esta correspondencia el verso ha sido interpretado e incluso transformado en "bendito el leño por el que viene la salvación", aplicado obviamente a la cruz de Cristo. Pero el verso tiene estilo de máxima y forma antítesis con el siguiente. Impiedad. es aquí sentir mal de Dios (1,1), rebajándolo, y del leño, exaltándolo. No hay neutralidad en el uso de las criaturas.

14,8-10 Lo corruptible, lo muerto, es incompatible con el Dios de la vida. Lo que el autor no analiza es la función de la estatua como simple representación plástica o como lugar de presencia de la divinidad. Se enfrenta con una idolatría ingenua, popular, en la tradición polémica del A T .

14,11 Este verso sirve de enlace. De la causa a los efectos, en el ámbito humano. Lo va a desarrollar en los versos siguientes. En la creación de Dios, toda buena, ha penetrado un poder capaz de pervertir lo bueno: Ex 23,33; Dt 7,16; Jue 2,3; Sal 106,36.

14,12-31 Exposición de orígenes y términos, causas y efectos. Es de importancia capital para la teología del autor. Encontramos reunidos, en sus opuestos, los dos temas del libro: "Amad la justicia, pensad correctamente del Señor". Como complemento, el tema del juicio definitivo.
14,12 Porneía significa en griego fornicación; responde al hebreo zanut, que designa la infidelidad a Yhwh. Phthora significa en sentido físico corrupción, antítesis de inmortalidad (1,15; 2,23; 6,18s); en sentido moral significa conducta pervertida. Tienen una ambigüedad quizá pretendida. Predomina el sentido escogido en la traducción. Lo apoyan la mención de "ídolos" y de "vida".

14,13-14 Sólo "el que es" (13,1) puede garantizar vida sin término (2,23), y "el que es" no tiene comienzo ni término (véase Isaías 11). El hombre podría recibir vida sin término (5,15), pero por envidia del diablo (2,24) y por la invención de la idolatría, introduce un principio de corrupción. En el Sal 82 los falsos dioses son condenados a muerte por favorecer la injusticia.

14,15-16 Primer ejemplo ilustrativo. No creo que el autor piense en Dionisos, hijo de Zeus, venerado también en la persona del soberano "epífanes", sino más bien en un hombre cualquiera, aunque influyente, en un hijo sin parentesco con la divinidad. "Misterios e iniciaciones" no son de ascendencia bíblica.

14,17-20 En el segundo caso el decreto impone la práctica impía. El soberano abusa de su poder explotando la habilidad y ambición del artista, el respeto, la afición artística y la ingenuidad de su gente. Es una limitación, distancia o lejanía (como el malogro del hijo), lo que fomenta la idolatría. El Dios que ni muere ni está ausente no necesita estatuas, le basta con revelar su nombre.
14,21 Así queda la idolatría ligada a una doble esclavitud humana: al poder arbitrario de la muerte y al poder del tirano; pero el ídolo no puede librar de esos yugos, antes los afianza e impone otros nuevos. El "nombre incomunicable" es el del único Dios verdadero: Is 42,8: Zac 14,9.

14,22 Véase 1,1. El verbo "errar" con el sustantivo "error" atraviesan todo el libro con unidad significativa: desconociendo "el camino del Señor" (1,12; 2,21; 5,6-7); por la idolatría (11,15; 12,24; 13,6; 14,22); por no comprender los juicios de Dios (17,1). De la guerra saludada como paz hablan corrientemente los escritores griegos; véase la denuncia de Is 5,20.

14,23-26 Los catálogos de vicios son procedimiento común de los filósofos estoicos; también se encuentran en la literatura profética y los recogen los escritores del NT. Del AT interesa sobre todo el decálogo y Os 4,1-2. El presente catálogo abarca 22 miembros, número alfabético, de totalidad, que se contrapone a la lista de las 21 cualidades de la Sabiduría en 7,22-24. Es notable la insistencia en delitos sexuales.

14,23 El autor junta las antiguas costumbres fenicias y cananeas de los sacrificios de niños con las iniciaciones y orgías de su época. Tales fiestas, según testimonio de escritores profanos, eran ocasión de asesinatos, venganzas y delitos sexuales.

14,24 Esos cultos, qué pretenden sacralizar la vida y el sexo, en rigor los profanan o execran.

14,27 "Innominables": Ex 23,13; Sal 16,4; Os 2,19.

14,28-31 Resume algunos vicios más importantes, se concentra en el perjurio y desemboca en la justicia. El juramento era en la antigüedad instrumento para garantizar la justicia en las relaciones sociales, pues Dios lo garantizaba. El tercer mandamiento prohíbe usar el nombre de Yhwh para dar consistencia a lo que es falso, Un dios falso no podrá garantizar una verdad jurada en su nombre ni podrá vengar una falsedad amparada en su invocación. Pero ambos caen bajo la "justicia vindicativa", la injusticia y los ídolos que la apoyaron.

14,30 El autor alitera maliciosamente “ídolos" y "en falso", "pensar y despreciar"; marca la oposición justo / injusto, que se prolonga en el verso siguiente: dike-adikon .. La santidad es la sanción divina de la justicia.

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