viernes, 25 de mayo de 2012

CAPÍTULO 16.



JUICIOS HISTÓRICOS
Codornices.

16 1Por eso recibieron el castigo merecido
torturados por una plaga de alimañas semejantes.
2Frente a ese castigo, a tu pueblo lo favoreciste,
y, para satisfacer su apetito,
les proporcionaste codornices, manjar desusado;
3así, mientras los otros, hambrientos, perdían el apetito natural,
asqueados por los bichos que les habías enviado,
éstos, después de pasar un poco de necesidad,
se repartían un manjar desusado.
4Pues era justo que a los opresores les sobreviniera
una necesidad sin salida,
y a éstos se les mostrara sólo cómo eran torturados sus enemigos.

Juicio de las serpientes

5Pues cuando les sobrevino la terrible furia de las fieras
y perecían mordidos por serpientes tortuosas,
tu ira no duró hasta el final;
6para que escarmentaran, se les asustó un poco,
pero tenían un emblema de salud
como recordatorio del mandato de tu ley;
7en efecto, el que se volvía hacia él sanaba
no en virtud de lo que veía, sino gracias a ti, Salvador de Todos.
8Así convenciste a nuestros enemigos
de que eres tú quien libra de todo mal;
9a ellos los mataron a picaduras alacranes y moscas,
sin que hubiera remedio para sus vidas,
porque tenían merecido este castigo;
10a tus hijos, en cambio, ni los dientes
de culebras venenosas los pudieron,
pues acudió a curarlos tu misericordia.
11Los aguijonazos les recordaban tus oráculos
-y enseguida sanaban-
para que no cayeran en profundo olvido
y se quedaran sin experimentar tu acción benéfica.
12Porque no los curó hierba ni emplasto,
sino tu palabra, Señor, que lo sana todo.
13Porque tú tienes poder sobre la vida y la muerte,
llevas a las puertas del infierno y haces regresar;
14el hombre, en cambio, aunque con su maldad dé muerte,
no devuelve el aliento exhalado ni libera el alma ya prisionera.

Juicio del fuego y el alimento

15Imposible escapar de tu mano;
16a los impíos que no querían conocerte
los azotaste con tu brazo vigoroso:
los perseguían lluvias insólitas
y pedriscos y tormentas implacables,
y el fuego los devoró;
17y lo más sorprendente:
en el agua, que todo lo apaga, ardía más el fuego,
pues el cosmos es paladín de los justos;
18unas veces se amansaba la llama,
para no quemar a los animales enviados contra los impíos,
para que, viéndolos, comprendieran
que el juicio de Dios los perseguía;
19pero otras veces, aun en medio del agua,
ardía con más fuerza que el fuego,
para destruir la cosecha de una tierra malvada.
20A tu pueblo, por el contrario,
lo alimentaste con manjar de ángeles,
proporcionándole gratuitamente, desde el cielo,
pan a punto, de mil sabores, a gusto de todos;
21este sustento tuyo demostraba a tus hijos tu dulzura,
pues servía al deseo de quien lo tomaba
y se convertía en lo que uno quería.
22Nieve y hielo aguantaban el fuego sin derretirse,
para que se supiera que el fuego
-ardiendo en medio de la granizada
y centelleando entre los chubascos-
aniquilaba los frutos de los enemigos;
23pero él mismo, en otra ocasión, se olvidó de su propia virtud,
para que los justos se alimentaran.
24Porque la creación, sirviéndote a ti, su hacedor,
se tensa para castigar a los malvados
y se distiende para beneficiar a los que confían en ti.
25Por eso también entonces, tomando todas las formas,
estaba al servicio de tu generosidad, que da alimento a todos,
a voluntad de los necesitados,
26para que aprendieran tus hijos queridos, Señor,
que no alimenta al hombre la variedad de frutos,
sino que es tu palabra quien mantiene a los que creen en ti.
27Pues lo que el fuego no devoró,
se derritió simplemente calentado por un fugaz rayo de sol,
28para que se supiera que es preciso
madrugar más que el sol para darte gracias,
y rezar al clarear el alba;
29pues la esperanza de los ingratos
se derretirá como escarcha invernal
y se escurrirá como agua sin provecho.

JUICIOS HISTÓRICOS

16,1 La mención del "castigo", empalma con 12,27 y da paso a la nueva exposición por
contraste; el "castigo" de 12,27 está en la serie de 11,5.8.16; 12,14.15, que se prolongará en
16,9; 18,11. "Alimañas": como en 11,16.

16,2-4 Ex 16,13; Nm 11,31-34; Sal 78,27; 105,40. En estas tradiciones se cuenta también, y con bastante relieve, el pecado de los israelitas; nuestro autor pasa por alto ese aspecto. Le interesa marcar el contraste con repeticiones de palabras y otros recursos. Sujetos son "tu pueblo / los opresores".

16,5-14 El episodio se lee en Nm 21.5-9. El autor reconoce aquí un pecado de los israelitas que provoca la "ira" de Dios y el castigo. No se fija en los que murieron, sino en los curados, porque le interesa el contraste: animales moderadamente dañinos hieren sin remedio a los egipcios, mientras que el animal más temido, la serpiente, no puede con los israelitas. Es una salvación completa, curación física y salud espiritual: los israelitas tienen que "volverse" o convertirse, tienen que vencer el olvido mortal con el recuerdo saludable de la ley. Castigo y curación llegan hasta el extremo de la vida y la muerte.

16,5 "Furia": véase 7,20. "Tortuosas": alude probablemente a Is 27,1, que habla de la serpiente escatológica vencida; el mismo adjetivo se aplica a los "razonamientos" en 1,3.

16,6-7 "Emblema": surge una dificultad. El autor sabe (2 Re 18,4) que la serpiente de bronce atribuida a Moisés recibió culto ilegítimo. Con ello se podía pensar que la imagen de bronce era un ídolo dotado de poderes curativos, y esto estaría en contradicción con lo expuesto en los capítulos. 13-15. Por eso aclara laboriosamente su función: es un simple emblema de una salud que concede Dios mismo y que incluye la enmienda en la observancia de la ley. Podemos recordar al propósito que la serpiente era el animal emblemático de Asclepios, dios de la salud.

16,6 "Escarmiento": véanse 11,10 Y 12,2. "Asustar': compárese con la turbación definitiva e irremediable de 5,2.

16,8 Persuasión a la fuerza, que no produce conversión auténtica; como en el caso del faraón.

16,9 El Éxodo no habla de semejantes picaduras mortales.

16,10 ''Tus hijos": como en 9,7; 12,19.21; 16,26; 18,4. La "misericordia" se opone a la "ira" del v. 5: cfr. Sal 30.

16,11 El olvido culpable, raíz de muchos pecados en Israel: Sal 78. A un oído griego el "olvido profundo", lethen le sugeriría el Leteo, río del infierno y del olvido total. Ex 19,7; Dt 9,10.

16,12 Véase Sal 107,20.

16,13 Véanse 2,1; Dt 32,39; 1 Sm 2,6; Tob 13,2. En el presente libro semejante poder abarca realmente la vida después de morir.

16,14 Si la muerte entró en el mundo por envidia del diablo (2,24), el hombre con su maldad se pone de parte del demonio, colmando la injusticia con el homicidio; en nombre de la religión (14,23; 12,56), por razón política (11,7; 18,5), por intereses personales (2,20).

16,15-29 El episodio se inspira en las narraciones de Ex 16 y Nm 11 combinadas con la séptima plaga de Ex 9; o sea, fuego y agua y alimento. Israelitas y egipcios están opuestos por medio de adjetivos y títulos. En el campo egipcio, el fuego vence al agua, porque no se deja apagar por ella, y consume los alimentos; en el campo israelita, el agua vence al fuego, porque no se deja derretir, y respeta el maná. El maná le sirve para un desarrollo fantástico. De ahí se remonta a una reflexión genérica sobre la doble función opuesta de las criaturas, regidas por su Señor.

16,15 Véase Tob 13,2;Sal 139,7.

16,16 Sobre esa negativa, Ex 5,2; sigue el tema de 12,17; 14,22. La séptima plaga fue una tormenta teofánica (Ex 9,17-33), con pedrisco que destruyó cosechas.

16,17 Para no salirse de Egipto, el autor no echa mano del recuerdo de Elías, según 1 Re 18. "El cosmos": 1,14; 5,17.20; 19,6.

16,19 La tierra participa de la maldad de sus habitantes, como en 12,3-7; Is 24,20.

16,20-23 Sobre el maná: Ex 16 y Nm 11. Casi todos los datos están tomados libremente de estos dos capítulos.

16,20 "Pan de ángeles": porque baja del cielo, véase Sal 78,25. "Desde el cielo": sin mediar la tierra y la lluvia, véanse Sal 78,24; 105,40. La noticia de los mil sabores no concuerda con Nm 11,8 Y 21,5.

16,21 Véanse Sal 34,9; 36,9; 1 Pe 2,3. Tenemos aquí una "personalización" de la experiencia; compárese con Sal 19,11.

16,22 Según Ex 16,14 se parecía a la escarcha (o a la nieve compacta); Nm 11,710 compara a una resina translúcida, que los LXX traducen "parecido al hielo".

16,24 Véase Eclo 39,26-30.

16,25 Véase Sal 136,25.

16,26 Variación sobre el famoso texto de Dt 8,3 (citado por Mt 4,4).

16,27 Ex 16,21.

16,28 Véanse Sal 5,4; 57,9; 88,14. 

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