domingo, 20 de mayo de 2012

CAPÍTULO 4.


Los justos están en paz

4       1Más vale ser virtuoso, aunque sin hijos;
la virtud se perpetúa en el recuerdo:
la conocen Dios y los hombres.
2Presente, la imitan; ausente, la añoran
en la eternidad, ceñida la corona, desfila triunfadora,
victoriosa en la prueba de trofeos bien limpios.
3La familia innumerable de los impíos no prosperará:
es retoño bastardo, no arraigará profundamente
ni tendrá base firme;
4aunque por algún tiempo reverdezcan sus ramas,
como está mal asentado, lo zarandeará el viento
y lo descuajarán los huracanes.
5Se troncharán sus brotes tiernos, su fruto no servirá:
está verde para comerlo, no se aprovecha para nada;
6pues los hijos que nacen de sueños ilegales
son testigos de cargo contra sus padres a la hora del interrogatorio.

Maduró en pocos años

7EI justo, aunque muera prematuramente, tendrá descanso;
8vejez venerable no son los muchos días,
ni se mide por el número de años;
9canas del hombre son prudencia,
y edad avanzada, una vida sin tacha.
10Agradó a Dios, y Dios lo amó;
vivía entre pecadores, y Dios se lo llevó;
11lo arrebató para que la malicia no pervirtiera su conciencia,
para que la perfidia no sedujera su alma;
121a fascinación del vicio ensombrece la virtud, 
el vértigo de la pasión pervierte una mente sin malicia.
13Maduró en pocos años, cumplió mucho tiempo;
14como su alma era agradable a Dios,
se dio prisa en salir de la maldad;
la gente lo ve y no lo comprende, no se da cuenta de esto
15(que quiere a sus elegidos, se apiada de ellos
y mira por sus devotos).
16El justo fallecido condena a los impíos que aún viven,
y una juventud colmada velozmente,
a la vejez longeva del perverso;
17la gente verá el final del sabio
y no comprenderá lo que el Señor quería de él,
ni por qué lo puso al seguro.
18La mirarán con desprecio, pero el Señor se reirá de ellos;
19se convertirán en cadáver sin honra,
baldón entre los muertos para siempre;
pues los derribará cabeza abajo, sin dejarles hablar,
los zarandeará desde los cimientos, y los arrasará hasta 10 último;
vivirán en dolor y su recuerdo perecerá.

Juicio: comparecencia

20Comparecerán asustados cuando el recuento de sus pecados
y sus delitos los acusarán a la cara.

4,1 La inmortalidad del nombre es lo que prometía Is 56,5, y es valor que se añade a la
compañía de Dios, en cuanto que alarga la presencia entre los hombres.

4,2 Además es un recuerdo benéfico, activo, que arrastra a la imitación y se perpetúa también por este camino. El autor luce su destreza retórica en honor de su héroe. La imagen deportiva es frecuente en los escritores griegos y en el NT.

4,3-5 Nueva variación sobre el mismo tema. La imagen del árbol se lee en Sal 35, 35 Y Job 15 30-32 (pronunciado por Elifaz).

4,6 Ver Eclo 41 ,7. El trozo ha sido poco convincente, sobre todo en la parte negativa; el autor ha sabido insinuar la fecundidad del buen ejemplo, no la de las buenas obras.

4,7-19 Otro tema de la retribución es la longevidad: bendición clásica de la alianza: Dt 4,40; 5,16; 30,20, promesa en salmos: Sal 21,5; 23,6; 91,16; que pasa a contextos escatológicos (Is 65, 20). El problema es aquí la vida breve, malograda del justo. La técnica del contraste continúa. En esquema: en vida, el justo es prudente, el malvado es perverso; en muerte, el justo sale, el malvado es derribado; después el justo descansa, del malvado perece el nombre.

No debe pasar inadvertido el sugestivo contraste de estos versos con el discurso del cap. 2. El problema es semejante, pero con otro ángulo de mira: los malvados declaraban la entera duración de una vida normal un lapso breve (2,1), aquí se propone la hipótesis de una vida breve, malograda. ¿Cómo llenar de sentido esa brevedad? Aquéllos lo hacían "llenándose de vino y perfumes" (2,7), imponiendo un espíritu juvenil despreocupado (2,6); éste llena la vida con su rápida maduración, con su sensatez y agradando a Dios. Así la vida de aquéllos quedaba vacía para el futuro (3,11), la de éste es preciosa. 

Los malvados se quejaban de que el justo los acusase y condenase, y por ello lo eliminaron (2,12.14); ahora el justo, ya muerto, sigue condenando a sus jueces vivos.
Como en 3,2.4, también aquí hay un coro de espectadores que miran sin comprender (vv. 14 y 17), porque no se levantan de los sucesos humanos a los planes de Dios. Ese Dios "se reirá" de los malvados y acabará con ellos en tres acciones violentas y rápidas. Ha sido un acierto del autor abreviar el desenlace de los malvados.

4,7 "Descanso": la forma griega hace eco a 3,3, "tendrá paz".

4,8-9 Compárese con Eclo 25,4-6 y Job 32,6-9. Se opone a la "vejez ignominiosa" de 3,17. La tesis del autor tiene un germen revolucionario al romper los enlaces tradicionales entre vejez y prudencia, juventud e imprudencia. Véase el papel de Daniel en el relato de Susana:13,45-50.
4,10 Dios lo ama como él amó a Dios, 3,9. "Arrebató" hace resonar el recuerdo de Henoc (Gn 5,24; Eclo 44,16; Heb 11,5), Y sugiere el sentido positivo de la muerte del justo; el autor sigue evitando para el justo el verbo morir.

4,11 La tentación como engaño y seducción en Gn 3,13; el engaño puede nacer de uno mismo, según Sant 1,26.

4,14 Nueva descripción positiva de la muerte, en la que el joven es sujeto; como uno que tiene prisa en salir de un lugar infecto. "No lo comprende" 2,22; 3,2.4.

4,15 Duplicación de 3,9; falta en algunos manuscritos.

4,16 El verbo "condenar" es judicial y tiene particular fuerza: como sentencia permanente. Es el complemento de la atracción que ejerce sobre los imitadores, 4,2.

4,17 Llama "sabio, sensato" al justo malogrado.

4,18 El desprecio del cap. 2 y de 3,10. "Se reirá": Sal 2 4; 37,13; 59,9.

4,19 El comienzo está tomado de Is 14,19 e inspirado en Ez 32,20-32: su presencia entre los muertos es su deshonra. Después precipita las imágenes: de la lucha libre, de la construcción, de ciudades. "Su recuerdo": se cumple lo que decían en 2,4.

4,20-5,23 Llegamos al acto final de esta sección escatológica, que incluye elementos de juicio y de guerra. Múltiples tradiciones genéricas, de salmos, escatologías, experiencias históricas, confluyen en esta página, para crear un fragmento original, vigoroso.

Tomando el esquema simplificado de un juicio escatológico, podemos articular así el fragmento: 4,20-5,1 las partes comparecen; 2-13 el proceso abreviado: los reos confiesan; 14-16ab el autor resume la sentencia; 16c-23 batalla escatológica.

4,20-5,1 El momento de comparecer está marcado con el contraste: pecadores-justo, miedo-tranquilidad, uno y multitud…El justo mantiene su función típica; compárese con Sal 1. Llama al juicio "recuento", responde a 3,7.13.18; 4,6.

No se habla del lugar del juicio ni se menciona el juez. La situación de los personajes es una existencia después de la muerte o exactamente al final de la vida, dando paso a una nueva situación; compárese con Is 24,22; Dn 12,2. 

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